Olimpiadas Especiales, junto con la Municipalidad de La Florida, ha dado por finalizado los concursos de cuentos en los que participaron más de 700 niños, niñas y adolescentes. El cuento presentado a continuación fue escrito por el estudiante de octavo básico Bastián Alegría, del colegio Complejo Educacional Marcela Paz, ganador de la segunda categoría.
El niño soñador
Soy el pequeño Austin, un niño que ha pasado toda su vida en un internado, y feliz porque tengo muchos amigos y tías que lo han sido todo para mí. Durante muchos años me han apoyado con el sueño más lindo que he tenido, ser el mejor ciclista del mundo y a pesar de que tengo Síndrome de Down, jamás he perdido las esperanzas de seguir desarrollando mis habilidades. Se preguntarán que es de mis padres, la verdad, es que sé que ellos costean mis tratamientos, pero nunca los he visto, solamente sé que ellos aman el ciclismo tanto como yo y sé que algún día podré demostrarles que ser como soy no es un impedimento para poder sobresalir, si bien parte de mi ganas se ha debido a esto, mi entorno siempre me ha hecho sentir la persona más especial y normal.
Tengo muchos amigos, algunos con autismo, con síndrome de asperger, entre otros. Ángel es mi mejor amigo y él tiene Autismo, con él siempre práctico cuando salimos al patio, reímos y nos entrenemos pensando en que yo estoy en el campeonato más importante o que él es el mejor pirata del mundo y yo un marinero, algunas veces invitamos a Benito, él a pesar de no tener nada que le impida salir del internado prefiere quedarse y jugar con nosotros.
Un día mientras estaba practicando para entrar a la competencia comunal, la tía Lorena me trajo una gran sorpresa…. De repente, ante mis ojos... ¡Roberto Muñoz!, uno de los mejores ciclista de Chile, yo estaba muy contento y sin dudarlo lo abracé. Él me contaba sus historias y recomendaciones para prepararme, mientras yo le demostraba mi alegría. Aproveché el momento para invitarle a una competencia de ciclismo. Estaban todos mis compañeros felices de verme hasta que el silbato sonó y pedaleé lo más rápido que pude, jamás me había sentido tan feliz y pleno. Sé que el deporte es lo mejor para la salud, pero para mí ha sido mi superación y alegría.
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